

Las fotos son del blog de Antonia, coordinadora de vacaciones en paz de Lleida y madre de acogida desde hace años.
Hace ya un mes que los niños saharauis han regresado a los campamentos argelinos. Se acabaron las vacaciones que les han alejado de las altas temperaturas y la escasez de alimentos que padecen durante todo el año, han vuelto al desierto de la “Hamada argelina” Lugar en el que nacieron pero al que no pertenecen.
Pese a verse obligados a vivir en tales condiciones, marcharon contentos por volver a ver a sus familiares y llevarles lo que buenamente han podido darles las familias de acogida con los que han estado conviviendo durante dos meses.
Todos regresan con ropa nueva para ellos y con regalos para sus padres, hermanos y abuelos y llevándose el cariño y el recuerdo de las personas que generosa y desinteresadamente les han ofrecido durante ese tiempo.
Hace más de treinta años que sus abuelos y sus padres se vieron obligados a marchar de su país, dejando atrás su familia, su vida y las pocas pertenencias que pudiesen tener. Tuvieron que huir porque un reyezuelo feudal y tirano se encaprichó de sus tierras y aprovechando el momento de confusión que se vivía en España en el año 1975 organizó “la marcha verde” e invadió el Sáhara. matando a hombres, mujeres y niños.
Algunos se quedaron en su país viviendo bajo el yugo de Marruecos y con el vergonzoso consentimiento de los países europeos y Estados Unidos.
No pueden significarse como saharauis, los que lo hacen sufren una brutal represión tanto física como psicológica, arrastrando a sus familias a una vigilancia y hostigamiento continuo por parte de la policía marroquí.
En la actualidad hay muchos en las cárceles, donde son maltratados y vejados y ni siquiera sus seres queridos saben el lugar exacto en el que se encuentran.
Mientras tanto la comunidad internacional mira para otro lado, de nada valen las resoluciones de la ONU a favor del pueblo saharaui.
Un pueblo pacífico y democrático que nada más pide lo que por ley le pertenece; poder volver a su tierra y vivir con la libertad y dignidad que corresponde a todo ser humano. “POR UN SÁHARA LIBRE”
Carmen